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martes, 9 de noviembre de 2010

UKIYO-E

UKIYO-E "pinturas del mundo flotante" o estampa japonesa. Es un género de grabados (realizados mediante xilografía o técnica de grabado en madera) producidos en Japón entre los siglos XVII y XX, entre los que se encuentran imágenes paisajísticas, del teatro y de los sitios dedicados al placer.

Ukiyo, hace referencia a la impetuosa cultura joven que tuvo auge en el centro urbano de Edo (actualmente Tokio), Osaka, y Kioto y que era un mundo dentro de sí. Es una alusión irónica al término homónimo "Mundo Doloroso, el plano terrenal de muerte y renacimiento en el que se basa la religión budista.

Esta forma de arte alcanzó su mayor grado de popularidad en la cultura metropolitana de Edo durante la segunda mitad del siglo XVII, originándose con los trabajos de un solo color de Hishikawa Moronobu en la década de 1670. En un principio, solo se utilizaba tinta india, y luego algunos impresos eran coloreados de forma manual con pinceles, pero en el siglo XVIII Suzuki Harunobu desarrollo una técnica de impresión policroma para producir nishiki-e.

El Ukiyo-e era accesible dado que podía ser producido de forma masiva. Eran en su mayoría adquiridos por habitantes que por lo general no tenían el dinero suficiente como para comprar una pintura original. El tema original de los ukiyo-e era la vida de la ciudad, particularmente actividades y escenas de lugares de entretenimiento. Cortesanas hermosas, robustos luchadores de sumo y actores populares eran representados realizando actividades atractivas. Más adelante los retratos paisajistas se hicieron populares, y los temas políticos e imágenes sobre individuos de los estratos bajos de la sociedad fueron prohibidos volviéndose temas que raramente eran elaborados. El sexo fue también un tema prohibido, pero aparecía de forma continua en los impresos ukiyo-e. Algunos artistas y editoriales fueron sancionados por crear impresos ukiyo-e con escenas de sexo explícito, también conocidos como shunga.

Historia

El puente Ohashi y Atake bajo una lluvia repentina (1857), de Utagawa Hiroshige, Brooklyn Museum of Art, Nueva York. El Ukiyo-e puede ser categorizado en varios periodos diferentes de arte: el periodo Edo, que comprende desde los orígenes del Ukiyo-e hasta cerca del año 1867, cuando comienza el periodo Meiji hasta 1912. El periodo Edo fue en su mayoría un periodo de calma que proporcionó el entorno ideal para el desarrollo artístico en una forma comercial; mientras que el periodo Meiji se caracterizó por la apertura de Japón a nuevas influencias provenientes de Occidente.

Las raíces del Ukiyo-e datan de la urbanización que tuvo lugar a finales del siglo XVI que llevó al desarrollo de una clase de comerciantes y artistas que comenzaron a escribir historias o novelas, y a pintar imágenes, ambas formas compiladas en los ehon (絵本, libros de imágenes, libros con historias e ilustraciones), como la edición de 1608, Cuentos de Ise (Ise-monogatari) de Honami Koetsu. El Ukiyo-e era comúnmente utilizado para ilustrar dichos libros, pero se convirtió luego de por sí, en impresos de una sola página (ej. postales de kakemono-e), o los carteles del teatro kabuki. Las inspiraciones provinieron originalmente de los trabajos artísticos y cuentos chinos. Varias historias estaban basadas en la vida urbana y la cultura. Las guías turísticas eran también populares, y todo esto tenía un propósito comercial y estaba ampliamente disponible. Hishikawa Moronobu, quien para ese entonces ya utilizaba la pintura policroma, se convirtió en un artista muy influyente en años posteriores a la década de 1670.

A mediados del siglo XVIII, las técnicas permitían la producción de impresos a todo color, llamados nishiki-e, y datan de este periodo los ukiyo-e que se reproducen hoy en día en postales y calendarios. Utamaro, Hokusai, Hiroshige, y Sharaku fueron algunos artistas prominentes durante este periodo. Luego de estudiar los trabajos artísticos europeos, se tomaron algunas ideas como la incorporación de la perspectiva en retroceso. Las imágenes de Katsushika Hokusai representaban sobre todo paísajes y naturaleza. Sus 36 vistas del Monte Fuji (Fugaku sanjurokkei) fueron publicadas desde 1831. Ando Hiroshige y Kunisada también dibujaron muchos cuadros con motivos naturales.

En 1842, como parte de las reformas Tenpō, las imágenes de cortesanas, geishas y actores (ej. onnagata) fueron prohibidas. Sin embargo, las imágenes con dichos motivos resurgieron nuevamente cuando estos fueron permitidos otra vez.

Durante la era Kaei (1848–1854), muchos buques mercantes extranjeros arribaron a Japón. El Ukiyo-e de ese tiempo reflejaba los cambios culturales de ese periodo.

Toshusai Sharaku – Otani Oniji II, 1794. El actor de Kabuki Otani Oniji II en el papel de Yakko Edobe. Posteriormente a la Restauración Meiji en 1868, Japón abrió sus puertas a las importaciones de Occidente, incluyendo técnicas fotográficas y de impresión. Los colores de plantas naturales utilizados en el Ukiyo-e fueron remplazados por colorantes químicos importados de Alemania. A pesar de que el Ukiyo-e, siendo remplazado en gran parte por la fotografía, fue pasando de moda en Japón durante el bunmei-kaika (el movimiento japonés de occidentalización ocurrido a principios del periodo Meiji), éste se convirtió en fuente de inspiración en Europa para el Cubismo y varios otros artistas impresionistas, como Monet, Degas, postimpresionistas, como Van Gogh, modernistas como Klimt, fauves como Matisse y muchos otros. Esta influencia fue llamada el Japonismo.

En el siglo XX, durante los periodos Taishō y Shōwa, el Ukiyo-e experimentó un renacimiento en las formas de los movimientos shin hanga y sōsaku hanga, ambos estaban orientados a distinguirse del arte comercial tradicional masivo. En forma un tanto irónica, el shin hanga –literalmente nuevos impresos– se generó en gran parte para ser exportado a los Estados Unidos. Inspirado por el impresionismo europeo, los artistas incorporaron elementos occidentales tales como los efectos de luz y las expresiones de los estados de ánimo individuales, pero enfocados estrictamente en temas tradicionales. El principal editor fue Watanabe Shozaburo, a quien se le acredita la creación del movimiento. Entre los artistas importantes de este periodo se encuentran Shinsui Ito y Kawase Hasui, quien fue nombrado Tesoro Nacional Viviente por el gobierno japonés.

El movimiento menos conocido sōsaku hanga –literalmente impresos creativos– seguía el concepto occidental de lo que el arte debería ser: el producto de la creatividad de los artistas, más primordial la creatividad que el proceso artesanal. Tradicionalmente los procesos de hacer ukiyo-e como el diseño, el tallado, el impreso y la publicación, estaban separados y eran realizados por diferentes personas, cada una altamente especializada en su labor; el sōsaku hanga buscaba que el artista estuviera involucrado en todas las etapas de producción. El movimiento fue formalmente establecido con la creación de la Sociedad Creativa Japonesa de la Impresión en 1918, sin embargo su éxito comercial no fue tan marcado, dado que los coleccionistas occidentales preferían las vertientes japonesas más tradicionales del shin hanga.

El ukiyo-e se continúa produciendo hoy en día y se ha convertido en una influencia en diferentes sentidos, sirviendo de inspiración al manga y anime, por ejemplo.

Grabado de los bloques de madera

Los impresos ukiyo-e son hechos mediante el procedimiento siguiente:

• El artista elabora un dibujo principal hecho en tinta.

• Los artesanos pegan este dibujo, mirando hacia abajo en una plancha de madera, cortando y retirando las áreas blancas del papel, dejando este dibujo -que está al revés- como una impresión en relieve sobre el bloque, pero destruyéndose el dibujo en el proceso.

• Esta plancha es entintada e impresa, elaborándose así copias muy semejantes al dibujo original.

• Estas impresiones son alternadamente pegadas boca abajo a las planchas, y aquellas áreas del diseño que van a ser impresas con un color en particular se dejan en relieve. Cada una de estas planchas imprime al menos un color en el diseño final.

• El conjunto resultante de planchas de madera se entintan en distintos colores y son secuencialmente impresas en el papel. La impresión final contiene las impresiones de cada una de las planchas, algunas de ellas impresas más de una vez para obtener la intensidad correcta del color.

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